Para celebrar el centenario del nacimiento del ruiseñor navarro, como era conocido este símbolo de la jota, trece actuaciones musicales hilaron un sonoro homenaje en una concurrida gala organizada por el Gobierno de Navarra el pasado otoño de 2008, en la que no faltaron las proyecciones audiovisuales con la trayectoria vital y artística del renovador de la jota navarra, que nació el 23 de enero de 1908 en Murillo el Fruto.
Respaldo institucional
Las autoridades quisieron respaldar con su presencia el homenaje al ruiseñor navarro, y a la gala acudieron el presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz; el consejero de Relaciones Institucionales y Portavoz del Gobierno, Alberto Catalán; la consejera de Salud, María Kutz; el consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio, Carlos Esparza; la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, y el alcalde de Murillo el Fruto, Javier Gárriz.
Raimundo Lanas imprimió a la jota navarra una personalidad propia y le hizo traspasar las fronteras de la Comunidad foral. Su legado quedó patente en las actuaciones de los grupos de jotas y danzas que desfilaron por el escenario de la sala principal de Baluarte, que registró un lleno tras agotar todas las invitaciones.
El tango Recuerdo abrió la velada. Y es que Raimundo Lanas se inició en la música cantando esta melodía argentina mientras faenaba en el campo. Una voz en off desgranó, entre las diferentes actuaciones musicales, aspectos biográficos del ruiseñor navarro, como la grabación de su primer disco de jotas en 1933 y el rotundo éxito que cosechó en Zaragoza. Raimundo Lanas mantuvo una estrecha relación con Galicia, de donde era oriunda su mujer, y con Aragón. Precisamente la interpretación de la jota de La Dolores, con el grupo de jotas Aragón y la Banda de Música de Valtierra, recibió la mayor ovación de la gala en su hora y media de duración.
Durante la gala homenaje se fueron intercalando las proyecciones audiovisuales con la actuación de los grupos, en su mayoría navarros pero también procedentes de Galicia, Extremadura y Aragón.
Homenaje a la familia
El momento más emotivo de la ceremonia llegó cuandoalgunos de los 22 descendientes directos de Raimundo Lanas subieron al escenario para recibir una fotografía de manos de Miguel Sanz, acompañado por Catalán, Barcina y Gárriz. Una de las dos hijas del famoso jotero, Raquel Lanas, expresó su gratitud ante los diversos homenajes que ha recibido su padre a lo largo de este año. "Navarra fue su gran pasión, a ella dedicó su vida y su carrera. Mi padre pudo haberse dedicado a cantar tangos o a formar parte del Orfeón Pamplonés, pero renunció al lucro por cantar jotas. De esta manera se convirtió en un espontáneo embajador de su tierra, hizo de la jota algo grande y la perpetuó", aseguró emocionada.
El embajador de la jota navarra dio a conocer estas canciones populares llenas de sentimiento en los escenarios de Cuba, México o Nueva York. Cuando falleció con tan sólo 31 años de edad, en 1939, no pudo ver cumplido su sueño de viajar a Buenos Aires.
El colofón a una gala de ritmo ágil llegó cuando algunos de los grupos se juntaron sobre el escenario para hermanarse cantando la famosa jota La que en Navarra se canta.
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