El escritor y crítico musical, el añorado Fernando Pérez Ollo, escribió en DN (1973) unas pinceladas literarias dedicadas al profesor, txistulari, compositor, y fraile capuchino P. Hilario Olazarán de Estella. Nos recordaba la afición del capuchino por la jota Navarra: “Olazarán fue miembro del jurado en los festivales de España organizados en Tafalla (1972), el llamado certamen de jotas navarras Campeón de campeones. No sabía ejercer de jurado porque todo lo calificaba altísimo. Hasta tres y cuatro puntos más que las de José María Iribarren y las mías. A mí, nos dijo el Padre, desde que fui novicio en el convento de Sangüesa y en una mañana de primavera escuché una jota cristalina de un labrador que iba a la huerta, todas las jotas me parecen maravillosas”. Olazarán calificaba altísimo aplicando adjetivos elogiosos cuando algo le parecía meritorio y nada le merecía reproches. A mi no me parece raro que el ejemplar Padre Olazarán actuara de esa manera espléndida, porque debía calificar a las grandes figuras de la jota: Hnas. Flamarique, Juanito Navarro, Faíco, Jesús Crespo, Josefina García, Luis Les, Paquita Santos…
Hay tres opiniones sobre la jota que las saco a relucir: la
primera, la de Menéndez-Flamarique “La jota más brava jota/ la que
en Navarra se canta; es un manojo de rosas, que sale de mi garganta”; la
segunda, la del P. Valeriano Ordóñez S. J.: “La
jota es la que más dice con menos palabras”; la tercera, la de Raúl Palacios,
director de la escuela de jotas de Marcilla: “Hay un gran desconocimiento en
torno a la riqueza de la jota. Tenemos que organizarnos internamente y hacer
una reflexión enorme, porque a veces usamos la jota para brillar y
creo debe ser al revés; tenemos que ser nosotros la herramienta para
hacer brillar a la jota”. No olvidemos el mensaje del compositor
cadreitano J. Aranaz: “Hay tres cosas que un navarro/ que
siempre en el alma lleva; el zortziko y San Fermín, y una jotica ribera”.
Durante la procesión de Santa Ana, celebrada en Tudela el 26 de
julio de 2022, el equipo de Navarra TV, realizó entrevistas
a varios tudelanos, entre los que se encontraba el afamado arquitecto D. Rafael
Moneo. Este insigne creador del arte arquitectónico se emocionó ante
las diferentes jotas dedicadas a la patrona Sta. Ana. Al escuchar una de ellas
declaró ante los micrófonos con auténtica sinceridad: “Con la jota vibramos los
navarros”.
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