martes, 5 de febrero de 2019

La capilla de San Fermín canta a la jota navarra en su segundo escalón

Uno de enero, dos de febrero...Y así, casi sin tiempo para pensarlo más, se celebró este sábado la segunda misa de la ‘escalera’ de san Fermín, que recuerda que ya solo faltan cinco meses y cinco días (o ciento cincuenta y cinco días si prefiere contarse de esta manera) para el comienzo de las fiestas pamplonesas.

A las 19.30 horas de este sábado, varios cientos de personas atiborraban la capilla del Santo y el resto de la iglesia de san Lorenzo. Aunque casi no había espacio físico, durante los primeros minutos de la ceremonia continuaron entrando más y más personas, que se iban agolpando junto a la puerta.

El sacerdote Francisco Javier Leoz Ventura fue el encargado de presidir una ceremonia transmedia que pudo seguirse en todo el mundo gracias a la página web de la parroquia. Leoz aprovechó el mal tiempo para recordar las palabras del papa Francisco sobre que los cristianos deben mostrar “caras alegres” y las hizo propias al pedir que “san Fermín sea siempre un motivo para no perder la alegría”.

En esa misma línea, y haciendo referencia a los cerca de ciento cincuenta miembros de asociaciones y escuelas de jotas navarras, Leoz aseguró que “la jota es un canto de esperanza, al igual que lo es el amor”. Durante su breve homilía, el sacerdote fue poniendo una gran cantidad de ejemplos de jotas navarras en las que se habla de san Fermín, de la Virgen y de Jesús. También animó a que la tradición de la jota perdure en el tiempo puesto que sus letras “dicen verdades como puños, tanto del cielo como de la tierra”.

La celebración comenzó con una procesión de entrada en la que los representantes de muchas escuelas y asociaciones navarras de jota ofrecieron a san Fermín los emblemas, estandartes y pañuelos de cada entidad. Fueron cuatro de esos joteros, elegidos por sorteo, los encargados de llevar al Santo la ofrenda del pañuelo del 2 de febrero y del “Ya falta menos” simbolizado con un ramo de dos rosas rojas, una por cada escalón subido en este año.

A lo largo de la celebración, sobre todo durante el ofertorio y la comunión, cerca de 130 voces y más de 30 instrumentos convirtieron la capilla en un momento inolvidable para sus miembros. Durante sus cantos, todo la iglesia permanecía en silencio para escuchar con atención. Algunos aprovecharon para grabarlos con el móvil y así poder recordarlo después. Otros no podían contener su emoción y susurraron las letras de las canciones.

CARGADOS DE EMOCIÓN

La ceremonia sirvió como homenaje a un total de 21 escuelas y asociaciones de jota navarra por su contribución a la difusión de la devoción a san Fermín y por ser, además, “espíritu e identidad de la tierra navarra” y “formar parte integrante de nuestro folclore y tradiciones”. Entre esas asociaciones y escuelas se encontraban representantes de Andosilla, Arguedas, Arróniz, Buñuel, Castejón, Corella, Fitero, Fustiñana, Huarte (Asociación de Amigos de la Jota de Huarte y Escuela de Jotas), Navarjota, Olite, Pamplona (Escuela Navarra de Jotas, Gracia Navarra, Irabia, Nobleza Navarra), Pitillas, Tafalla (Escuela de jotas Hermanas Flamarique), Tudela (escuela de Jotas Carmino Martínez), Vitoria y Voces Navarras.

Muchos de ellos comentaban tras la multitudinaria foto que había sido una misa cargada de emoción, puesto que no recordaban un evento en el que se juntaran personas de tantas asociaciones distintas para cantar jotas. Por eso, Carolina González, de la escuela de Tafalla, aseguró que “sería muy bonito que algo así se repitiese todos los años”. En la misma línea, Jesús Resa Mayor, de la Ronda Jotera de Arguedas, contó que fue “una experiencia muy bonita, porque todos llevamos las jotas en la sangre y lo vivimos de una manera especial”. Su primo, Fermín Mayor Burgui, dijo que se podían imaginar que sería “una experiencia muy bonita” y que por eso, “apenas nos dijeron, nos apuntamos”.

También Joseba Montesinos y Laura Moliedro, de la Asociación de Amigos de la Jota de Huarte, señalaron que habían sentido “mucha emoción, porque no todos los días se puede cantar delante de san Fermín”. Ion Zabaleta y su hija Nora, de Arróniz, coincidieron con ellos en la peculiaridad de un evento así.

Después de la misa, todos los grupos interpretaron tres jotas dedicadas al Santo. La última resumió muy bien lo que se vivió durante los minutos de sus cantos: “Se oyó en el cielo una jota”.


Fuente: Diario de Navarra

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